En este capítulo nos habla de la convivencia que debe existir entre seres humanos porque eso hace que la vida sea humana y no salvaje como los animales, que no tenemos que juzgar a los demás por su apariencia, su conducta, su carácter o sus costumbres ya que no sabemos las circunstancias que los haya orillado a comportarse de esa forma. Debemos tener en cuenta que si vamos a tratarnos los unos a los otros como personas iguales debemos ponernos en el lugar de los demás para poder entenderlos y llevar una vida de paz y armonía tanto con nosotros mismo como en la sociedad y al final eso es lo que importa.
José Juan Uribe Celaya
UPAV
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